¿Su espacio es ideal?, ¿Está cómodo con su decoración? Pero… la energía no fluye. Tal vez usted esté invadido de malos elementos y hábitos que han estancado su buena vibra y están deteniendo la prosperidad que usted espera. El experto en Feng Shui, Gustavo López nos habla de esos aspectos que aunque parecen banales, son la causa principal del estancamiento.
Empecemos por lo primero:
La limpieza: Un espacio sucio estanca toda la buena energía que se logra para esta temporada con elementos chinos como el Buda, los perros guardianes o el bambú. La exigencia de tener limpio los espacios no es cuestión de traumas con el aseo, es un requerimiento para que la prosperidad no se estanque o muera. La limpieza incluso tiene efectos sobre nuestra actitud y nuestro disfrute de los espacios. Condición indispensable para estar bien pues de lo contrario enreda las energías.
El desorden: Es un mal hábito que bloquea el “chi” o energía positiva; la enreda. Los armarios, escritorios, gavetas y cajones, no expuestos al ojo de los visitantes, deben ser ordenados y revisados con regularidad cuidando no guardar nada obsoleto o que no se use. La ropa es un claro ejemplo: hay piezas que no se usan por años. “La recomendación se simple, si no se ha utilizado por un año es mejor regalarlo pues está impidiendo que lleguen cosas nuevas al ropero y estancan la energía”.- comenta Gustavo López.
La mala actitud en la cocina es perjudicial para todos aquellos que consumen los alimentos preparados. Una persona con malas vibras preparando los alimentos es fuente de malestares físicos para los que consumen su producto. La cocina es un lugar sagrado para los orientales. Nadie, excepto quien se encarga de esta labor entra en el espacio y menos si es pesimista, huraño o con mentalidad de pobre.
Los aparatos o enseres dañados son focos de energía muerta. Hay que repararlos en el menor tiempo posible o desecharlos pues impiden el fluido de las energías positivas.
Los cuadros agresivos o depresivos: Pinturas de muerte, tristeza o estancamiento deben ser reemplazados por unos que reflejen tranquilidad, amor, dulzura o belleza. El ambiente que dan estos primeros genera opresión y malas vibraciones dentro del espacio. Incluso para las esculturas o figuras decorativas como los Budas, es necesario escoger unas que sean de rostros serenos y cálidos. Rostros agresivos solo traen guerra al ambiente ya que la energía se materializa en lo que representan las imágenes.
Los cactus aunque son receptores de energía sus espinas según su ubicación pueden ser lanzas que estrellas la energía en contra. Es ideal que esos elementos estén en las ventanas o hacia exteriores, nunca en habitaciones.
Las vigas en el techo se convierten en lanzas que aplastan la energía sobre las personas. Sobre todo en espacios como los dormitorios es ideal no tenerlas o disimularlas con techos falsos o efectos visuales con telas que las oculten.
Las rejas son “cárceles de energía” y más si sus formas son como lanzas convirtiéndose en flechas negativas contra los que habitan los espacios. Las alarmas hoy en día son eficientes y no proveen este tipo de efectos negativos.
Los baños en el cuarto son desastrosos succionadores de energía. El baño por excelencia es un centro de putrefacción de energía por lo tanto su cercanía con una fuente de energía como la habitación son perjudiciales. La recomendación es no tenerlos, pero si existen una forma de contrarrestar su efecto es mantener la puerta cerrada y bajar la cisterna con el biscocho cerrado para que no succione la energía positiva.
Aves en cautiverio: Es perjudicial. Estos animales son símbolo de libertad, su cautiverio también genera cárcel de energía para las personas que las poseen.
Vegetación muerta: Ni flores ni plantas muertas o en deterioro. Lo ideal es tener plantas y flores naturales en excelente estado pues si están enfermas o en vías de extinción son símbolo de muerte de energía. Es ideal retirar las flores antes de que se empiecen a deteriorar o de lo contrario traen estancamientos.
Posición de la cama: Nunca con la cabecera sobre la ventana, o con los pies mirando hacia la puerta. La primera situación crea inestabilidad y mal dormir y la segunda hace que se cree la sensación de rechazo o salida. Por eso muchas personas no se amañan en su habitación creando fugas de energía.
Posición del escritorio: nunca de espaldas a una puerta. Lo ideal es tener una pared con un cuadro de montañas detrás que respalde y de fuerza al trabajo y ayudan a refortalecer el poder y credibilidad a quien lo usa.
Todos estos son ejemplos de energía estancada. ¿Ha identificado alguno? Pues es hora de cambiar y dejar que la energía fluya con fuerza en sus espacios y llegue sin pensarlo toda la prosperidad que el Feng Shui, una tradición milenaria ha comprobado con toda propiedad. ¡Pequeños cambios de elementos y hábitos lo están esperando!
Asesoría:Arq. Gustavo López
Arquitecto y decorador de interiores
designgustavoalbertolopez@gmail.com