LAS ONDAS NOCIVAS

         A este respecto, la Geobiología nos proporciona interesantes indicaciones. Este término viene de “geos” que significa tierra y de “bio” que significa vida. Se trata del estudio de la influencia de las “energías de la tierra” sobre la vida en general. La tierra, de hecho, es un “ser vivo” y no una amalgama de elementos dispares, inmóviles y sin vida. Posee su vibración propia, su respiración, sus movimientos sutiles. La geobiología es una ciencia nueva para el hombre contemporáneo, pero de hecho, era conocida desde tiempos muy lejanos por los Chinos y, sobre todo, los Tibetanos, donde había conseguido un alto nivel. Incluso era objeto de una iniciación transmitida por los Maestros espirituales.

         Esta disciplina reagrupa varias ciencias como la física, la química, la biología, la geología, la geofísica … Está en relación directa con la arquitectura y la construcción. En gran medida, estas “energías de la tierra” conciernen al magnetismo telúrico: La tierra está dividida en líneas y meridianos de energías electromagnéticas que tienen una influencia poderosa sobre la vida en la tierra.

         Los científicos han probado que esta energía invisible pasa a traves de cualquier materia, afectando positivamente o negativamente a los humanos, animales o plantas. El estudio de las fuerzas electromagnéticas permite una explicación de la “Onda Nociva” con respecto a un principio de equilibrio. Es necesario saber que vivimos en el equilibrio de dos fuerzas:

• Las Fuerzas Telúricas que brotan del centro de la tierra y
• Las Fuerzas Cósmicas provenientes del cosmos que las reequilibran

         El ser humano es una criatura electromagnética en la que todas las células de su organismo son pequeños sistemas eléctricos. Por otra parte, el aura de una persona, fotografiable y mensurable, es la representación. En realidad, el cuerpo funciona como una bateria. Cada célula debe estar unida a la energía ascendente de la tierra, el polo negativo, y a la descendente del cosmos, el polo positivo. Las células del organismo viven y se desarrollan, por lo tanto, en el equilibrio de esta dualidad cosmo-telúrica, pero este equilibrio puede romperse por diferentes elementos.

         Algunas personas estan “desconectadas” por el estres generado por las ondas nocivas. La energía, por lo tanto, no llega a todas las células y las partes mas débiles se deterioran. Las toxinas y las celulas muertas no se eliminan, dejando que se instale la enfermedad. A mas largo plazo, surgen toda clase de problemas: psicológicos, relacionales, financieros, mala suerte “inexplicable” …

         Esas energías nefastas, que perturban el equilibrio cosmo-telúrico necesario  para una vida sana y próspera, provienen principalmente de tres fuentes:

• Las ondas emitidas por el subsuelo
• Las ondas emitidas por las construcciones y las viviendas y
• Las ondas emitidas por el entorno inmediato

         La Tierra posee un campo magnético, ésta se comporta como si estuviera situado en su centro un gran imán. La rotación del planeta sobre si mismo crea corrientes eléctricas en los metales en fusión que forman su núcleo y produce un campo magnético.

         El ser humano ha evolucionado con ese campo en segundo plano y está acostumbrado a su presencia. Los pájaros lo utilizan para dirigirse a lo largo de sus migraciones y las ballenas para orientarse cuando se desplazan a grandes distancias. Este campo magnético sufre constantemente pequeñas variaciones de diversos orígenes, por ejemplo, aumenta con tiempo tormentoso o cuando sale el sol, pero no tiene efectos negativos sobre el ser humano.

         Los efectos nocivos se manifiestan cuando el campo magnético terrestre se ve afectado, natural o artificialmente, y cuando el campo en segundo plano al que normalmente estamos sometidos, se modifica.

         Las perturbaciones naturales son debidas principalmente a la presencia en el subsuelo de fallas geológicas, de yacimientos de minerales, de pozos de gas, de cuevas o galerías subterráneas, incluso tapadas, y aguas subterráneas, en particular de aguas que corren. Se desaconseja residir en las construcciones o viviendas que estén situadas cerca de este tipo de elementos.

         Los aspectos negativos del agua conciernen particularmente a un agua subterránea, por ejemplo, un pozo que se encontrara bajo la vivienda. El agua tiene como consecuencia una cierta “desvitalización” de las personas que duermen encima.

         Ademas, las aguas subterráneas se encargan de las informaciones de los terrenos por los que atraviesan, ya sean estratos minerales o lugares contaminados. Un agua cargada de esta manera puede transmitir “memorias” de enfermedad y poner en peligro a las personas que viven encima de su curso.

         Por eso las viviendas construidas hasta el siglo XIX raramente lo estaban sobre el curso de aguas subterráneas. Los que realizaban prospecciones intervenían siempre antes de realizar cualquier construcción. Los chinos dicen que no es necesario “acostarse sobre las venas del Dragón”, al decir “venas” se refieren al curso del agua o a la circulación de aguas subterráneas.

         La historia de la vivienda y del terreno sobre el que se va a construir tambien hay que tenerlo en cuenta. Conocer el pasado de un lugar es importante. Las ondas negativas pueden sentirse en lugares que hayan sucedido acontecimientos trágicos.

         Por ejemplo, los lugares de batalla, los lugares donde se hayan cometido asesinatos, los lugares destinados para enterrar a los muertos, para almacenar productos tóxicos … Las ondas nefastas generadas por estos acontecimientos o estas situaciones constituyen verdaderos perjuicios … pudiendo llegar a hacer la vivienda inhabitable.

         Si una casa o un inmueble se construye en el lugar de un antiguo cementerio, la memoria de las enfermedades que ha afectado a los que están allí enterrados, se encuentra en el terreno. En todas las épocas y en todas las religiones, los lugares utilizados para los muertos estan definitivamente excluidos de cualquier forma de vivienda para ser habitada.

         Los seres humanos emiten vibraciones de alegría, de amor, de ira, de miedo, de tristeza, etc. Un edificio es capaz de registrar las vibraciones emitidas por sus habitantes. Cada edificio posee sus propias ondas, pudiendo llegar a inducir a ciertos comportamientos: Se conocen casas que inducen al divorcio, a la depresión o que parecen justificar los comportamientos negativos de sus habitantes. Tambien existen casas que inducen a la alegría, a la felicidad y a la prosperidad.

Escrito por Elisa de la Torre

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