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Que es el Tarot



¿QUE ES EL TAROT?

Aunque, a primera vista, el Tarot no es sino un conjunto de figuras agrupadas de modo casual o antojadizo, una cuidadosa investigación puede convertir su arreglo en una disposición coherente y cabal.

En verdad, hay diversas interpretaciones desde las cuales al primitivo asombro por la disposición aparentemente arbitraria de los naipes, le sucede la rigurosa convicción de que lo asombroso sería que no estuvieran articulados tal como están.

Las inocentes cartas que componen el Tarot, encierran las claves del carácter y del destino humanos. Verdadero arte adivinatorio, el Tarot se nos presenta como un oráculo capaz de revelarnos los más recónditos secretos de nuestra existencia. Es el Arte de adivinar.

Si cada arcano lo comparamos con un ladrillo, el Tarot se presenta como una difícil construcción, en la cual hay quienes ven un laborioso laberinto y otros un templo cuyas llaves permanecen ocultas. Hay muchas versiones acerca del sentido de dicha construcción.

Las incontables interpretaciones propuestas son siempre susceptibles de una nueva interpretación que las abarque o las niegue. Así, parejo al recio edificio del Tarot se erige otro laberinto de explicaciones y de explicaciones de esas explicaciones … pero todas hallan cabida en la enigmática oscuridad de lo estudiado.

De hecho, se ha dicho que el Tarot es un medio de desarrollo espiritual, una clave para el aprendizaje esotérico, un compedio de antiguas enseñanzas, un sistema que permite aprender la trama subyacente a la variedad de eventos manifiestos, cuando no un instrumento de adivinación o un código de símbolos que abarcan las reacciones del inconsciente, ante el insondable misterio de la existencia.

En cierto modo, casi todas estas interpretaciones son complementarias y cada una acentúa un aspecto hallable en el Tarot. Este no desmerece la virtud de ser simultáneamente proyección de cosmovisiones, artefacto mántico, summa esotérica y expresión de la compleja estructura de la psique y del Universo.

Tal vez el mayor obstáculo resida en la tarea misma del intérprete, porque como cualquier estructura simbólica, mágica o poética, el Tarot encierra un infinito haz de significaciones y reducirlo a un solo plano de referencia, o a una terminología concreta y exhautiva, equivale a aniquilarlo como sistema de imágenes.

Así pues, el Tarot se revela como un complejo simbólico coherente, destinado a preservar y transmitir conocimientos esotéricos. Sus láminas son un compedio de secretos iniciáticos para la comprensión de los enigmas de la vida y de la muerte. Detras de la inocua apariencia de los naipes, se esconde sin duda un lenguaje de imágenes que ilustra los secretos del Poder, el conocimiento por el cual el hombre puede identificarse con la divinidad (unión mística).

El símbolo muestra y a la vez oculta y alude a otra cosa. Su riqueza no reside en los significados manifiestos, sino en el conjunto de estímulos que desencadena a nivel inconsciente. Así su efectividad es independiente del grado de comprensión de las personas. Por otra parte, es permanente por su inagotabilidad, perdura como potencial significativo que irrumpe en diversas culturas y en distintos momentos.

Por otra parte, dado que los símbolos son patrimonio de la humanidad, no pueden vincularse con situaciones particulares propias de un pueblo o una época. Su pervivencia indica la permanencia de ciertos problemas muy remotos, pero que cada hombre estrena en su peculiar existencia. Estos problemas y estas situaciones universales y a la vez completamente personales, han sido llamadas situaciones límites. En todas ellas el hombre toma conciencia de que hay un puesto y una tarea, un destino, que le son propios en el cosmos.

Puestos en una de esas situaciones, el símbolo reactualiza el enigma y su solución, poniendo en juego una energía cuya acción puede experimentarse como ampliación de la conciencia. Este conocimiento puede experimentarse como una súbita iluminación que abre las fronteras de lo otro, lo inexplicable y a la vez enormemente poderoso. Los 7 primeros arcanos mayores simbolizan las virtudes espirituales, los 7 siguientes representan a las virtudes morales y los 7 últimos son las virtudes materiales.

Procedemos a la adivinación del Tarot por símbolos y eso es lo único que es indudable. Detrás de esta evidencia se oculta la trama del tiempo, que acaso no sea tan sencilla, ni tan inmediata como solemos suponer.

El tiempo es quizá todos los tiempos desplegados en una indefinida línea recta, o acaso no es sino la imagen mágica de un círculo perfecto, la serpiente que siempre está mordiéndose su propia cola. El tiempo es quizás una infinita apertura que transcurre simultaneamente y divergentemente, tal como aparece en experiencias “paranormales”, como los estados místicos o de alucinación …

No podría ni quisiera decir que es esto que llamamos tiempo, pero en todo caso sí que la adivinación tiene que ver con él, porque siendo un momento suyo, pretende abarcar su totalidad y, por así decirlo, salirse de él.

El símbolo, el mito y el rito son las llaves que harán revivir el conocimiento y el poder del Tarot.

Escrito por Elysa de la Torre

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